lunes, 19 de octubre de 2009
Atardecer
Ermita de la Corona_Piraces_octubre 2009
El sol del atardecer dibuja un claustro en la Ermita de la Corona.
Los árboles hacen que el viento suene en sinfonía mágica en la tarde de Huesca.
Abro los brazos queriendo notar tu brisa fresca, los ojos cerrados para escuchar tu sonido suave ahora.
Al abrir los, observo, ya te has ocultado y el cielo aun es azul.
Te esperaré en el amanecer con tus primeras señales del alba.
domingo, 18 de octubre de 2009
Errantes
Escultura: Árboles como arqueoligía_Fernando Casás
Piraces_Huesca_Octubre 2009
Andamos de norte a sur, desde el oriente al poniente, del amanecer al crepúsculo, en los equinoccios y en los solsticios, en la búsqueda de la verdad, de la realidad o tal vez simplemente huyendo de la rutina y la mediocridad.
Puntos diminutos en la inmensidad del universo inmenso, océano de vida en continúa expansión.
¿Ves aquella estrella brillante en el cielo nocturno rodeado de puntos luminosos?
Estrellas antiguas ya pasadas, errantes, fugaces, planetas, satélites, asteroides, cometas… me imagino a mi mismo convertido en una de ellas, fundida por mi fuego interior, brillando en el firmamento y desde ese punto observo mi infinita nadiedad.
Veo la tierra pequeña y la contemplo azul y blanca… nubes y agua.
Tan diminutos somos.
Llego a la conclusión de que solo el escepticismo es la liberación, vamos a creer todo lo que nos cuentan, experimentar para poder conocer la verdad.
Un punto pero libre.
Piraces_Huesca_Octubre 2009
Andamos de norte a sur, desde el oriente al poniente, del amanecer al crepúsculo, en los equinoccios y en los solsticios, en la búsqueda de la verdad, de la realidad o tal vez simplemente huyendo de la rutina y la mediocridad.
Puntos diminutos en la inmensidad del universo inmenso, océano de vida en continúa expansión.
¿Ves aquella estrella brillante en el cielo nocturno rodeado de puntos luminosos?
Estrellas antiguas ya pasadas, errantes, fugaces, planetas, satélites, asteroides, cometas… me imagino a mi mismo convertido en una de ellas, fundida por mi fuego interior, brillando en el firmamento y desde ese punto observo mi infinita nadiedad.
Veo la tierra pequeña y la contemplo azul y blanca… nubes y agua.
Tan diminutos somos.
Llego a la conclusión de que solo el escepticismo es la liberación, vamos a creer todo lo que nos cuentan, experimentar para poder conocer la verdad.
Un punto pero libre.
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