Cerca del Cielo de Riglos_enero 2009
Subir, subir, subir... como si alguien te empujara para llegar a lo más alto, para rozar el cielo con la mano o con el alma.
Y seguir subiendo hasta lo inalcanzable, reconociendo lo pequeños que somos desde aquí arriba.
Recuerdo al poeta cuando dice “Allí suenan feroz guerra, ciegos reyes” mientras contemplo la infinitud del paisaje detrás de mi objetivo.
¡Cuan pequeño soy y que grande me creo!
3 comentarios:
Si, Pere no hay como contemplar desde la altura el punto diminuto de donde venimos, pero has captado de manera gigantesca lo que te rodeaba... no eres pequeño, Pere, tu corazón es grande, esa es la dimensión real...
Por un momento estas montañas me han dado vértigo... pero lo voy perdiendo, poco a poco...
un beso cariñoso, Pere.
Gracias Selma por tus palabras
Grandes corazones necesitamos en este mundo de mentes pequeñas.
Pienso que es importante comprender cuan diminutos somos en comparación de este gran universo que nos rodea.
De momento hermanaremos corazones grandes en una gran familia.
Un beso de PAZ
que bonitos he encontrado siempre los Mayos
una abrazo
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